El cerro de los Ángeles es un cerro testigo situado en el término municipal de Getafe, a unos 10 Km. al sur de Madrid. Tradicionalmente ha sido considerado como el centro geográfico de la península ibérica, aunque no existe consenso científico sobre el lugar exacto y el método de cálculo a considerar para determinar dónde está dicho centro.
Sobre la explanada situada en la cima del cerro se encuentran la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XIV, y el Monumento al Sagrado Corazón, construido en 1919 e inaugurado por el rey Alfonso XIII. También se halla el Seminario Diocesano Nuestra Señora de los Apóstoles, lugar de formación para los sacerdotes que realizarán su labor apostólica en la Diócesis de Getafe, y un convento de MM. Carmelitas fundado por la Madre Maravillas.
En 1919 se eligió este lugar para construir un enorme monumento en honor del Sagrado Corazón de Jesús. Fue una obra conjunta del arquitecto Carlos Maura Nadal y del escultor Aniceto Marinas. El monumento se edificó con las aportaciones de miles de españoles que colaboraron. La imagen de Jesús, de 9 metros de altura, fue donada individualmente por Don Juan Mariano de Goyeneche, Conde de Guaqui. El 30 de mayo de 1919 era inaugurado el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús por el Rey Alfonso XIII. En aquella celebración el pueblo español, por boca de su monarca, se consagró al Sagrado Corazón. «Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de sus hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la ciencia y de las letras y en nuestras leyes e instituciones», fueron algunas de las palabras que resonaron entre la multitud que acudió al acto.
El monumento era todo de piedra caliza en tonos ligeramente amarillentos. Contaba con dos grupos de esculturas laterales, uno de los cuales representaba a la «Humanidad santificada» y el otro a la «Humanidad que tiende a santificarse». En el primero de los grupos figuraban Santa Margarita María de Alacoque, religiosa de la Visitación, San Agustín, San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús, Santa Gertrudis, el beato Bernardo de Hoyos y San Juan Evangelista. En el segundo grupo, que estaba situado a la izquierda del monumento, se representaba el camino para llegar al cielo mediante la práctica de la caridad, del amor, de la humildad y del arrepentimiento. La caridad estaba representada por una hija de San Vicente de Paúl y cinco niños guiados por ella. Otro grupo de cinco figuras representaba la Virtud y el Amor, personificada la primera por una joven de elevada alcurnia y una niña con el traje de primera comunión, y el segundo, por un hombre y una mujer del pueblo con un niño en brazos.
La altura del monumento era de 28 metros, incluida la figura, a la que correspondían 9 metros desde el plinto. El ancho era de 31,5 metros, y de fondo tenía 16 metros. Estaba construido con piedra de Almorquí, y se emplearon 882 toneladas de material.
Al inicio de la Guerra Civil, el 23 de julio de 1936, cinco jóvenes fueron asesinados por defender y guardar el monumento de posibles atentados, atentados que sufrieron este y numerosos templos en España desde el inicio de la Segunda República como en la quema de conventos de 1931. Cinco días después del asesinato, milicianos del bando republicano llevaron a cabo una «ceremonia» por ellos mismos fotografiada, de fusilar la imagen de Jesús; tras ello, procedieron a la destrucción de las esculturas, primero «a mano» y por último, dada la dureza de su material, recurrieron a la dinamita hasta lograr reducirlo a ruinas. La prensa del Frente Popular publicó en portada y en primera página las fotografías del «fusilamiento» y comentó favorablemente el hecho («Desaparición de un estorbo»). El Ayuntamiento de Getafe, en decisión refrendada por el Gobierno de la República, cambió el nombre cerro de los Ángeles por el de «cerro Rojo», nombre que conservó hasta el final de la guerra civil.
Terminada la guerra, el régimen dictatorial de Franco recuperó su nombre original y dio orden de construir un nuevo monumento, réplica del anterior, que comenzó a edificarse en 1944 según el proyecto de los arquitectos Pedro Muguruza y Luis Quijada Martínez. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús y su pedestal fue nueva obra de Aniceto Marinas, junto con los grupos escultóricos de la base, obra de Fernando Cruz Solís. Este nuevo monumento fue inaugurado en el año 1965 y diez años más tarde se inauguraba también la cripta, obra no existente en el proyecto anterior. El monumento muestra a Cristo, con los brazos abiertos, invitando a todos los hombres a ir hacia Él. Está rematado con la leyenda Reino en España. Como curiosidad, en la parte izquierda del pie que sostiene la imagen del Sagrado Corazón, está el escudo de armas del Papa Benedicto XV(Giacomo della Chiesa), cuyo papado duró desde 1914 hasta 1922.
Lo que quedó del anterior monumento (la base y el arranque del pedestal) se conserva. El nuevo monumento se levantó en el mismo lugar que ocupaba el monumento original. Las ruinas fueron trasladadas al lugar que hoy ocupan para dejar despejado el solar de la nueva construcción.
En 1923, la Hermana Maravillas de Jesús tomó la decisión de fundar un convento de Carmelitas en Getafe, en el Cerro de los Ángeles junto al monumento levantado años atrás. El obispo de Madrid-Alcalá, Leopoldo Eijo y Garay, acogió con entusiasmo la idea y en 1924 la Hermana Maravillas y otras tres monjas carmelitas de El Escorial se instalaron provisionalmente en una casa de Getafe para atender desde allí la edificación del convento. El 30 de mayo de 1924 hizo su profesión solemne, y en junio de 1926 fue nombrada priora de la comunidad del convento de El Cerro de los Ángeles, que fue inaugurado el 31 de octubre de 1926. Desde la Festividad de Cristo Rey, 26 de octubre de 1926, fecha en la que ocuparon el convento, el Sagrado Corazón de Jesús tiene una lámpara que se mantiene siempre encendida con luz de penitencia y oración, con entrega generosa, con el sacrificio callado de cada momento para sintonizar siempre con la voluntad de Dios.
Durante la persecución religiosa en España a partir de 1931, la Madre Maravillas pasaba todas las noches muchas horas orando desde su Carmelo y solicitó y obtuvo permiso del papa Pío XI para salir con su comunidad. En julio de 1936 las Carmelitas fueron expulsadas de su convento y llevadas detenidas a las Ursulinas de Getafe. Después se refugiaron en un piso de la calle Claudio Coello de Madrid, donde pasaron catorce meses. En 1937 la Madre pudo salir con su comunidad de Madrid y, pasando por Lourdes, entró en España para instalarse en Las Batuecas (Salamanca). Allí, a petición del obispo de Coria-Cáceres, fundó un nuevo Carmelo. En marzo de 1939 regresó al Cerro de los Ángeles.
El Seminario está situado en el santuario del Cerro de los Ángeles y en él residen los candidatos al sacerdocio de la diócesis de Getafe, junto con sus formadores.
En el momento de la creación de la nueva diócesis de Getafe (octubre de 1991) los seminaristas domiciliados en la nueva diócesis de Getafe permanecieron en el mismo Seminario Conciliar de Madrid donde se estaban formando. Mons. Don Francisco José Pérez y Fernández-Golfín, primer obispo de la diócesis recién creada, les visitaba y se reunía periódicamente con ellos.
En octubre del año siguiente, al comenzar el curso académico 1992-1993, Don Francisco José decidió, después de una problemática búsqueda de espacio, abrir una comunidad de seminaristas de Getafe en su misma residencia episcopal, un espacio deshabitado de un antiguo colegio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, que le habían ofrecido su hospitalidad, pues la nueva diócesis no disponía todavía de otros medios para alojar a su obispo.
Esta comunidad comenzó, pues, su andadura con domicilio en Cubas de la Sagra, localidad de la Comunidad de Madrid limítrofe con la provincia de Toledo. En su seno albergaba a 11 seminaristas encomendados a la tutela de D. Rafael Zornoza Boy, entonces secretario de Don Francisco José. A pesar de la distancia, los seminaristas seguían cursando sus estudios en Madrid, desplazándose todas las mañanas hasta la Facultad de Teología en transporte público.
Tras dos años en Cubas de la Sagra (con 11 seminaristas el primer año y 18 el segundo), el incipiente Seminario Diocesano de Getafe se mudó al Cerro de los Ángeles, acompañando a su obispo que también trasladó aquí su nueva residencia.
D. Rafael Zornoza Boy explicaba el comienzo de esta nueva etapa con las siguientes palabras:
«El Seminario es aquel lugar destinado a la formación de los candidatos al presbiterado, el lugar donde se cultivan las vocaciones sacerdotales. Curiosamente, al buscar esta voz, el diccionario la incluye dentro del campo semántico de «sembrar». Podemos equipararlo con un invernadero, un lugar privilegiado donde se cuida las vocaciones, como si fuesen pequeños retoños de plantas muy delicadas. Y es que esto es así; con la vocación no se juega; es algo muy serio, y si queremos que estos tallos se conviertan un día en fuertes troncos que sostengan el árbol de la Iglesia, tenemos que cuidarlos mucho”.
Con ocasión de la fiesta de San José, el Seminario «Ntra. Sra. de los Apóstoles» fue erigido por Mons. Pérez y Fernández-Golfín, el 19 de marzo de 1994. El 1 de junio de ese mismo año, D. Rafael Zornoza Boy fue nombrado primer Rector del Seminario.
El 16 de octubre de 1994, el Sr. Nuncio Apóstolico del Santo Padre en España, Mons. Tagliaferri, bendijo el nuevo edificio del Seminario en el Cerro de los Ángeles.